Estamos viviendo
actualmente una pandemia, palabra que hace referencia a enfermedad epidémica
que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una
localidad o región.
Para disminuir sus
efectos se hace preciso tratarlo como una emergencia
ya que es preciso interrumpir las rutinas cotidianas para decremento de las
posibilidades de contagio.
Es necesario manejar un
estado de serenidad y flexibilidad, permitiéndonos optar por nuevas formas de
actuar; es valioso que nos posibilitemos aprender de las nuevas circunstancias
ante la problemática que se está viviendo.
A continuación miremos
el ciclo de un problema:
Es fundamental lograr
romper el círculo vicioso; con esto se quiere indicar como a partir de la
observación de la experiencia de otros países no ha sido suficiente para que
nosotros no repitamos las mismas conductas cometiendo errores similares que se
observaron en otras naciones: agotamiento de recursos, actuar bajo los efectos
del pánico, algo que se debe evitar a toda costa.
Con estas palabras
queremos introducirlos a una nueva visión y es que como dice: Paul Watzlawick
“el problema real, lo que hay que cambiar, es la solución ineficazmente
intentada”
Es preciso identificar
como estamos en los siguientes puntos que se mencionan:
1.
¿Buscamos forzar lo espontáneo?
2.
¿El miedo nos posee?
3.
¿Buscamos culpables?
Es crucial revisar la
postura personal lo que hace referencia a nuestros principios que actúan como
muros de contención de las interacciones conflictivas, los cauces que ayudan a
que los problemas fluyan una y otra vez siguiendo exactamente el mismo curso
que en anteriores ocasiones. En pocas palabras, la postura personal forma parte
integrante del problema.
"Cuando uno no
quiere, dos no discuten", sentencian sabiamente las madres cuando uno de
sus hijos se empeña en mantener una disputa con su hermano acusándole de haber
sido él el iniciador de la pelea.
La homeopatía se
fundamenta en el principio de que "lo semejante se cura con lo
semejante" lo cual quiere decir que el remedio debe ser instaurado a
partir de aquello que provoca los mismos síntomas que la enfermedad a la que se
quiere combatir.
En este caso la “enfermedad”
que necesitamos tratar es el pánico colectivo que se está sumando al virus que
actualmente estamos enfrentando; pero… ¿cuál es el origen de esta angustia? Es la
falta de esperanza y fe, por lo tanto debemos acudir a alimentar la esperanza y
la fe, el componente que nos está faltando.
“La fe nos da de Dios una idea o noticia pura y adecuada... la presencia de Dios en nuestra Alma por una fe pura produce la esperanza.” Francisco Palau
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